Un proceso complicado es complicado, no imposible.
Hoy quisiera hablar de un concepto muy importante en el contexto de un proceso de duelo: para encontrar algo debemos antes perder la idea de aquel algo.
Maestro Eckhart, místico de la edad media, dice “…debes perder a dios para encontrar a Dios.”
Es sutil y a la vez potente esta frase, porque nos explica -hablando de Dios- que el dios (con la d minúscula) que debemos perder no es el auténtico Dios, sino la idea que hemos creado de él.
Y este proceso es el mismo que cuento en el libro “El coraje de romperse”: si quieres reconstruirte tienes antes que romperte. Si quieres encontrarte tienes antes que aceptar perderte. Y como bien intuyes, el tú que pierdes no es el Tú que encuentras.
En los procesos de duelo una parte importante del dolor que sentimos viene de la humana y natural voluntad de no dejar ir quien ha muerto (o que de alguna manera ha salido de nuestra vida).
Cuando logramos aceptar de haber perdido alguien que queremos, entonces podemos encontrar aquella persona en el silencio de la ausencia. No tiene un cuerpo físico, pero sí tiene un cuerpo emocional. No nos habla haciendo vibrar sus cuerdas vocales, pero sí nos habla vibrando desde nuestro interior. Y créeme si te digo que la persona que encontramos es Vida y es Verdad y no podremos volver a perderla nunca jamás.