Aceptación y autoaceptación

Sabemos que buscamos ser aceptados por los demás y que para lograrlo nos esforzamos para cumplir con las debidas expectativas.
Cuando somos pequeños intentamos ser aceptados (amados) por nuestros padres y nuestro entorno familiar. Más tarde intentamos ser aceptados (amados) por nuestro círculo de amigos. Más tarde hacemos lo mismo en el ámbito laboral y continuamos haciéndolo a nivel de amistades y de otros círculos de relaciones.
Para muchos todo esto no tiene sentido y se hace muy pesado. Entonces nos preguntamos: ¿qué significa aceptarme? ¿Quién acepta quién? ¿Qué significa ‘aceptar’?
Sentirme aceptado es de alguna manera sentirme reconocido. Conocido y amado.
Es uno mismo que tiene entonces que conocerse y amarse, reconocerse.
Buscar la aceptación es como buscar el amor. Si lo busco afuera empiezo mal cualquiera relación, porque se basará en una necesidad, lo cual hará que la relación empiece en desequilibrio.
Puedo dar amor solo cuando tengo amor. Si no me amo no puedo amar.
Si no me reconozco no puedo reconocer.
Si no me acepto no puedo aceptar.
Una vez más, el camino de la serenidad y de la paz se recorre adentro.