1. Sientes improvisos momentos de amor puro que quieres repartir.
Puede ser empatía para desconocidos, voluntad de hacer el bien, sensibilidad profunda para las necesidades de los demás. Quieres ser útil.
2. Empiezas a pensar en proyectos futuros, imaginando viajes, quedadas, situaciones agradables con amigos o familiares. Lo que es importante es que empiezas a visualizarte en un tiempo que vendrá.
3. Vuelves a mirar las flores y las estrellas, sientes que eres parte de las maravillas del universo. Más que un pensamiento es una intuición: intuyes que todo es perfecto tal como es, sin juicio.
4. Tienes ganas de escuchar música alegre, ver comedias, hacer cosas divertidas. Esto es volver a conectar con tu dimensión más íntima y auténtica, la de la serenidad ¡Estás saliendo del duelo!
5. Sientes que has cambiado, que eres una persona nueva, con una magia por descubrir. Esta es la fase en la cual te preguntas «¿Quién soy, ahora?» y poco a poco encuentras respuestas. Éstas son algunas de las señales que estás saliendo del duelo. Es el principio del renacimiento.