Un duelo es un proceso de integración de una o más pérdidas.
Sirve para integrar la pérdida en la narrativa personal, lo que nos contamos cada día sobre nosotros y sobre nuestra vida.
Un duelo implica un esfuerzo prolongado en el tiempo, el esfuerzo para aceptar una ausencia o una nueva condición vital. Este esfuerzo consiste en pasar de un grande NO a un grande SÍ, del rechazo a la aceptación.
Y como puedes imaginar, todo el tiempo de rechazo es tiempo de profundo sufrimiento, de lucha contra la realidad, de desgaste emocional.
Sin embargo, aún en las primeras fases del duelo es posible encontrarnos en momentos de relativa paz, de descanso.
Son momentos importantes porque nos permiten recuperar fuerzas y estar listos para seguir el camino del duelo.
Encuentra tu paz: actividades para el alma
Te comparto algunas prácticas que ayudan a entrar en aquel estado de paz.
Por supuesto, puede que estas prácticas funcionen con muchas personas, pero ninguna práctica es válida para todo el mundo de la misma manera, así que mi consejo es que las vayas probando. En la misma práctica averiguarás cuál es la mejor para ti para sentir algo de paz y serenidad.
1. Andar, posiblemente en la naturaleza.
Un cuerpo que se mueve, mueve las emociones. No es lo mismo estar tumbados en el sofá 4 horas mirando la tele, que andar una buena hora o más, ojalá en un parque, en un bosque, en la playa o en el medio de un campo. Todo lo que es natural nos tranquiliza. Ver y oler la naturaleza nos pone en contacto con lo más bello y auténtico que hay en la Tierra y en nosotros mismos.
¿Lo más bonito? Sentir tu cuerpo moverse y escuchar con atención los sonidos de la naturaleza.
2. Silencio.
El silencio es una forma de ayuno. Un ayuno sensorial. Decidir permanecer en silencio es un acto de auténtica rebeldía en el mundo de hoy, caracterizado por una continua sobredosis de estimulación. Para que el silencio sea efectivo, no debe ser solamente un silencio sonoro, sino también y sobretodo visual. Puedo observar una pared o un árbol, pero no el móvil, no la tablet, no la televisión, no las redes sociales, activadoras de ego y de sufrimiento. Permanecer en silencio es renunciar a venir estimulados. Es abrazar la paz.
¿Lo más bonito? Llegar a escuchar el latido de tu corazón.
3. Meditar.
Vivir, aceptar los pensamientos sin aferrarse a ninguno de ellos. Para algunos de nosotros una misión imposible. Sin embargo, con algo de práctica es posible llegar a entrar en estos estados de “no pensamiento” en los cuales todo se siente como perfecto, absoluto, infinito.
Meditaciones hay muchas, lo mejor es probar diferentes hasta que una te elija. Y luego entregarse a la práctica.
¿Lo más bonito? La sensación de plenitud y bondad que se siente durante y después de la práctica
4. Escribir.
Escribir es como pintar, pero de una manera diferente. Puede ser muy liberatorio y ayuda a poner en orden pensamientos y emociones. Tener un diario y cada día escribir algo puede ser una buena práctica, el tiempo que haga falta.
¿Lo más bonito? Sentirnos ligeros después de haber materializado sobre papel lo que sentimos.
5. Pintar.
Como cualquiera actividad creativa, también pintar puede ser muy beneficioso para estar en el presente y entrar en estado de paz. Puede ser pintar un mandala o pintar sobre un lienzo o papel. También puede ser pintar un viejo mueble. Lo que es importante es el acto de aportar color a algo. Es recordarnos que incluso en los peores momentos podemos buscar y encontrar algún color bonito en nuestra vida.
¿Lo más bonito? Vivir cada gesto de pintura como un movimiento de tu alma. No esperes nada, no pongas esfuerzo, sólo permite que la pintura se deje pintar por ti.
6. Leer.
Posiblemente no algo para evadir, sino libros y ensayos que nos permitan conectar con nuestro yo más profundo. Lecturas espirituales. Espiritualidad es ir adentro de uno mismo.
Un libro puede cambiar la manera de pensar, de ver, de sentir. Leer un libro así es como experimentar estar en la cabeza de otra persona (sabia y experimentada) por un tiempo.
¿Lo más bonito? Ver como cada libro de este tipo te sincroniza con todo lo bueno de la vida.
7. Escuchar música, para entrar en uno mismo.
Como con los libros, también la música puede invitar a un camino hacia dentro. Es música sanador, que calma, nutre y da serenidad. Si quieres escuchar esta música, he preparado una playlist de más de 40 horas en Spotify. Busca “Alberto Simoncini” y la podrás escuchar. Además, ¿has probado alguna vez un baño de sonido o baño de gong? Te recomiendo probarlo, puede ser un auténtico viaje.
¿Lo más bonito? Puedes escucharla a lo largo de todo el día a volumen bajo y te mantiene en estado de serenidad.
8. Recibir un masaje o hacer algún trabajo con el cuerpo.
Vivimos en el cuerpo y a menudo depositamos en él el precio de nuestras vivencias y emociones retenidas. Poner en movimiento nuestros tejidos y permitir que alguien nos mime a través de su técnica de masaje, ayuda a liberar aquellas emociones y devuelve al cuerpo la alegría que tanto necesita.
¿Lo más bonito? Sentir como el cuerpo se pone contento cuando lo mimamos.
9. Expresar gratitud.
No solamente a nosotros mismos, sino también a los demás. A los que conocemos y a desconocidos por lo que están haciendo. Es una manera de entrar en contacto con los demás desde la gratitud. Nosotros no somos sólo nosotros, somos también los demás, así que agradecer a los demás es agradecer y hacer la paz con la muchas diferentes partes de unos mismo.
¿Lo más bonito? Cuando intuimos que somos todos una sola cosa, entendemos que somos inmortales.
Avanzando juntos
Avanzar por la vida a veces es complicado, para nada fácil.
Si algo hay que puede darnos un poco de conforto, tal vez, es asumir que la vida es así, que el dolor hace parte de las cosas del vivir y que los duelos son procesos naturales que nos permiten avanzar, de pérdida en pérdida, para experimentar este viaje que llamamos vida.
Sin embargo a veces esta reflexión no es bastante para procesar la pérdida, por la razón que sea. Si sientes que estás estancado en un proceso de duelo y no puedes avanzar, contacta con nosotros: un acompañamiento humano, compasivo y experto es lo que puede devolverte a tu camino.
Recibe nuestro abrazo,